viernes, 14 de agosto de 2020

La autoestima y su efecto en nuestros vínculos

Durante mucho tiempo creí que lo feo que me pasaba en mis relaciones con las personas era culpa de los otros, que simplemente tenían actitudes malas o eran malos conmigo. Me posicionaba en un lugar de "víctima" ante los hechos. No veía que la solución podía estar adentro mío o que al menos podía hacer algo para cambiar esos vínculos.

Algunas veces dependiendo del estado de ánimo que tenga, cambio mi percepción de lo que ocurre, eso se refleja en mi accionar y en los resultados que obtengo que generalmente son diversos. Me dí cuenta que ante situaciones similares, dependiendo de cómo me encuentro, puedo reaccionar diferente y eso hace que la receptividad de las personas también cambie y se complique nuestra interacción.

En esos momentos se genera un conflicto que mal llevado puede terminar en una falta de respeto. Aquí me quiero detener, porque esa falta de respeto implica un comportamiento negativo de esa persona hacia nosotros y a la vez si lo aceptamos, una conducta de poca valoración propia. Pero ¿qué hacemos nosotros para querernos, para sentirnos bien o para adquirir confianza? y ¿Qué lugar ocupamos en las relaciones con los demás?

En todo esto creo que puede influir la autoestima. Esa apreciación que tenemos de nosotros mismos. La evaluación que hacemos sobre nuestra persona al juzgarnos en relación a nuestros pensamientos, nuestros sentimientos o nuestro cuerpo de una manera u otra.

Trabajando sobre mi persona aprendí que esa virtud de mi carácter puedo construirla en base al amor propio, a la confianza y al respeto hacía mí.  Encontrar equilibrio entre cada una de esas variables es, a mi entender, lo que me posiciona en un lugar correcto y saludable conmigo y con las demás personas.

Quererme a mi mismo implica cierto grado de madurez y responsabilidad que me permitan aceptarme como soy y trabajar para ser mejor día a día, sin la necesidad puntual de una aprobación externa. Cuidar mi cuerpo, mis horas de sueño, liberar mi mente de pensamientos intrusivos, respetar mis emociones y aprender a exponerlas de la mejor manera.

Si bien pueden existir personas con actitudes que nos afecten, si no hacemos nada para cambiarlo o simplemente alejarnos, estamos siendo parte de ese vínculo dinámico que se construye entre dos o más personas y no es unilateral.

Por eso, pienso que es muy importante edificar nuestro amor propio de una forma sana y equilibrada. De esta manera lograremos ver todo con otros ojos, formaremos vínculos diferentes y abordaremos con otra mirada lo que sucede. Lo haremos sabiendo actuar en consecuencia y respetando a los demás, pero por sobre toda las cosas respetándonos a nosotros mismos.

3 comentarios:

Yarelatremenda dijo...

Excelente artículo saludos

María Gabriela Morillo dijo...

Una vez leí, que el amor propio no es un tipo de amor. El Amor es Amor. Y la búsqueda imperiosa de una persona que satisfaga nuestra carencia de Amor, es un reflejo de nuestra baja autoestima. Más que trabajar el amor propio.Es cultivar amor,y llevarlo a su plena expresion...

Unknown dijo...

No hay que habilitar, situaciones violentas, agresivas. Para para que esto suceda, hay que tener un trabajo interno muy profundo, estar atenta a las alertas que aparecen, actuar en consecuencia de ello. No dilatar ese maltrato, naturalizar esas escenas. El amor nace en uno y para con UNO mismo ante que todo. Solo asi el OTRO puede respetarnos, valorarnos.
Primero UNO debe confiar, respetarse, cuidarse, amarse. Cuando esto sucede nadie podra dañarte porque no habra permiso para que esto suceda.
Doris B.