miércoles, 4 de noviembre de 2015

Miedos eran los de antes…

Luego de las elecciones empezó una disputa en los medios por parte de los dos partidos que competirán en el Balotaje el próximo 22 de Noviembre. El candidato oficialista Daniel Scioli comenzó a mostrarse mucho más y a exponer el modelo de país que pretende, marcando claras diferencias con su competidor, que al sentirse favorecido por los resultados, luce mucho más pasivo en su comportamiento mediático. Mientras tanto Sergio Massa se comporta como una señorita a la cual dos hombres quieren conquistar, con acercamientos a los dos candidatos pero sin una decisión firme sobre a quién apoyará su espacio político.

Más allá de todo este panorama político, lo que más llama la atención es toda la repercusión que ha tenido en las redes sociales el resultado de las elecciones y el futuro del país en base a los posibles resultados del balotaje. Celebro que cada uno pueda expresar lo que opina y lo que desea para el país, porque eso significa que nos encontramos en democracia y no tenemos miedo de decir lo que pensamos, esos tiempos en que no se podía opinar porque te secuestraban y mataban, por suerte, forman parte del pasado.

El miedo como medio

Desde el  espacio “Cambiemos” sostienen que el Frente para la Victoria quiere generar miedo en las personas y por ello aparecen en redes sociales y distintos medios, comentarios acerca de cómo puede llegar a ser el país si llegara a asumir Macri como presidente, relacionándolo directamente con el neoliberalismo de los años 90. Es probable que haya una intención desde el oficialismo para que la gente recapacite sobre su decisión, puede que sea una estrategia comunicacional para llegar a las personas que no son conscientes del modelo de país que están votando, pero en todo caso de lo que se está hablando es de debatir ideas y de plantear ¿Qué país queremos de acá en adelante?.

El espacio que lidera Mauricio Macri se posiciona en un lugar de victima debido a lo que denominan “la campaña del miedo”, y esto también pareciera una estrategia de Cambiemos para salir airoso de las acusaciones del Frente Para la Victoria en relación a su comportamiento en las distintas decisiones que tomó el Pro como partido en sus votaciones del congreso, las cuales se pueden considerar cuestionables. Además hubo declaraciones de algunos integrantes de Cambiemos que dejaron expuesto el modelo de país que desean y no suenan muy alentadoras. Esto demuestra  que les conviene centrarse en una idea de “cambio” antes que debatir ideas porque saldrían perdiendo.

Cambio vs Debate de ideas

Desde Cambiemos se promueve un supuesto cambio, que podría ser interesante desde las formas, creo que es lo que más atrae a sus votantes, ya que el oficialismo se ha manejado de una manera que puede ser cuestionada: Las cadenas nacionales eternas y reiteradas utilizadas para hacer campaña política y no tanto para informar nuevos avances, la propaganda política en Fútbol para Todos, la instalación de un país polarizado en el cual predominan fanatismos y no nos enriquecemos escuchando al otro y tantas otras cosas que pueden criticarse del FPV.

Pero más allá de todos los cuestionamientos que podemos hacer al oficialismo, creo que es importante destacar muchas medidas que se han tomado que nos han hecho crecer como país y que en mi opinión predominan por sobre las formas. Más allá de las que todos conocemos, como matrimonio igualitario, fertilización asistida, ley de obesidad, etc. Podemos decir que contamos con un país mucho más industrializado que en los 90, en donde cerraban las industrias debido a que no podían competir con el mercado externo.

Considero que querer y defender al país, es priorizar lo Nacional, antes que lo internacional y si se liberan las importaciones lo único que haremos es darle poder a los demás países para que se instalen como competidores en nuestro mercado interno y que al poco tiempo se vuelvan a cerrar industrias y volvamos a entrar en crisis. Esto además le daría más poder a las empresas multinacionales por sobre las pequeñas empresas y produciría un aumento de la desigualdad, lo que trae como consecuencia una mayor pobreza.

Por último, creo que hay cosas que cambiar y otras que no. Ningún modelo es infalible y todos cometemos errores, pero lo importante es poder reconocerlos y aprender de ellos. Pienso que ese es el gran desafío del próximo presidente. Gane quien gane, tendrá que tener autocrítica y dejar el ego de lado, pero por sobre todas las cosas deberá sostenerse en un modelo de país que defienda los derechos humanos y que se enfoque no tanto en reducir la pobreza, sino en algo que es más importante aún: disminuir la desigualdad.

®JAM®

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