A veces escucho que en algunos medios de comunicación se dice que la sociedad argentina es muy solidaria, que ayudamos cuando hay alguna tragedia o un hecho que necesita de nuestra unión como habitantes del país. Si bien ese comentario puede tener algo de cierto, porque los hechos lo han demostrado, considero que esa actitud no está tan presente en nuestra vida cotidiana.
Decidí repasar la definición de “solidaridad” para entender
junto a ustedes de qué hablamos cuando decimos lo que decimos. Según la Real
Academia Española la solidaridad es la “adhesión circunstancial a la causa o a
la empresa de otros”. La palabra proviene del latín “solidus” que significa
solidario. Etimológicamente tiene una estricta relación con algo sólido,
consistente o completo.
Si bien el término habla en sí de una adhesión
“circunstancial” a situaciones de otras personas, la procedencia de la palabra
hace alusión a cierta composición duradera y maciza asociada a algo compacto.
Con lo cual entiendo que es una característica muy valiosa que podemos tener
como sociedad si logramos encontrar una meta en común y empatizar con las
necesidades colectivas.
Desde mi perspectiva, más allá de acciones puntuales en las
que masivamente se hacen campañas de apoyo y todos nos ponemos más sensibles y receptivos a las necesidades de otros, no percibo esa actitud solidaria
con los demás en el día a día. Voy a compartirles un par de ejemplos:
En la forma que manejamos quienes tenemos auto o al momento
de viajar en transportes públicos, generalmente en ciudades muy concurridas
como lo es Buenos Aires, observo un profundo egoísmo para ver quién logra pasar
primero, quién llega antes a su destino sin importar las reglas de conducir ni
la regla fundamental del respeto por las personas.
En los trabajos existe un compañerismo cotidiano y cordial,
pero por momentos se percibe un espíritu competitivo marcadamente negativo, en
la relación con nuestros pares y con nuestros jefes. Todos de alguna forma u
otra buscan sobresalir pero algunos lo hacen tapando al resto, capaz
demostrando inseguridad en sí mismos, a veces no se apoya el crecimiento mutuo
que sería más genuino y nutritivo para todos.
Podría seguir mencionando ejemplos pero no quiero aburrir,
mi intención es llegar a algo que a mi forma de ver está muy relacionado a la
solidaridad y es el concepto de consciencia colectiva. Estas creencias
compartidas o actitudes morales que funcionan como una fuerza unificadora
dentro de la sociedad.
Aquí está el principal problema en donde entra en juego
cierta subjetividad asociada a lo moral, a lo que para uno está bien hacer y
para otro está mal. ¿Todas las personas buscamos el bien común? ¿Cuál es el
bien común?. Ahí es donde aparece la política, que en su concepción se asocia a
la búsqueda de bien común, pero al mismo tiempo es quien muchas veces lamentablemente
por mal uso de esas capacidades termina deformando ese concepto y promueve más
división que unión, más individualismo en nuestro accionar.
Ahora bien, considero que tendríamos que hacer una
autocrítica e intentar trascender eso destructivo que muchas veces se nos
impone. Tenemos la oportunidad de entender que nuestra responsabilidad como
ciudadanos es mucho más que el simple hecho esporádico de votar y en estos
momentos más que nunca requiere de un lugar crítico pero constructivo,
consciente y al mismo tiempo activo.
Por eso, mi costado más soñador e “idealista” les puede
decir que por momentos creo en ese espíritu colectivo, en ese accionar de los
pueblos que luchan por sus derechos. En esa valentía que identificó
históricamente a los grandes revolucionarios que lograron cambiar las cosas.
Creo que existe la forma de cambiar el comportamiento, de confiar en nosotros
mismos y a su vez apoyar el crecimiento de los demás. Esa es una virtud que
tenemos cada uno de nosotros al alcance de nuestras manos y a veces no nos
damos cuenta. Es un valor que nos identifica y nos va a hacer crecer para el
día de mañana tener una sociedad más amorosa y menos odiosa.
®JAM® Seguime en IG: @javimusi para enterarte cuando publico nuevos textos.
1 comentario:
En una sociedad de consumo,
agobiante, superflua y liquida, el ser solidario, empatico y mirar al OTRO donde esta?,la gran mayoria se mira su ombligo. No me gusta generalizar, pero estamos atravesados por este escenario. La solidaridad tiene que nacer de uno, se cultiva desde chico. Esta en cada persona elegir como es con el Otro independientemente el contexto. Cada quien, sabra como accionar ante una necesidad.
La solidaridad debe ser deseada sino NO sera nada!
Pregunto ¿Cuando fue la ultima vez que me/nos dejamos de ver nuestro propio ombligo, para ver a un OTRO?
Doris B!💪💫
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