viernes, 8 de enero de 2016

Gallardo: el héroe del hincha de River

En épocas en las que se habla mucho de los logros de Marcelo Gallardo en River, se escriben biografías y se lo nombra en rankings internacionales como uno de los mejores técnicos del mundo, me encuentro en la obligación de destacar que además de los grandes méritos que tiene como entrenador, también existieron falencias que no han salido a la luz por el éxito deportivo, pero que no dejan de ser un síntoma del presente de River.
Entiendo que nada es tan perfecto o tan horrible como lo puede ver un hincha, pero dentro de todos los logros de Gallardo como entrenador (considero que es uno de los mejores entrenadores de la Argentina) y teniendo en cuenta que, en mi opinión, se lo idolatra en demasía, me gustaría destacar los aciertos y desaciertos del “muñeco” en su período en River.
En un club que venía de ascender y ganar un torneo local con Ramón Díaz, en un equipo desgastado anímicamente luego del descenso, y que había tocado fondo (más bajo de eso no se podía caer), Gallardo supo imponerse desde el principio con mucha personalidad, decisión y espalda. Después lo que todos sabemos: le dio la titularidad a Funes Mori, bancó a KranevitterCarlos Sanchez y Mora. Todos jugadores que con Ramón no habían tenido lugar. Casualmente la mayoría de ellos han logrado emigrar al exterior luego de ganar cosas importantes con la Institución.
Gallardo supo convencer a los jugadores  con su idea táctica de presión alta al rival y armó un River ganador desde lo mental hasta lo futbolístico, supo lidiar con lesiones y escasez de recambio. No le tembló el pulso a la hora de sacar a jugadores de trayectoria porque no estaban rindiendo, así fueron los casos de Ponzio, Pisculichi, Cavenaghi.Tampoco le tembló el pulso cuando puso suplentes contra Racing por el torneo local, y dejó escapar el mismo, en pos de priorizar la Copa Sudamericana. Además entendió lo que se necesitaba en cada momento de la Copa Libertadores 2015, cuando se quedó sin recursos, lo ubicó a Ponzio en un doble cinco y negoció su estilo para ganar la copa.

Para la hinchada, el gran ídolo…

El cuerpo técnico no contaba con grandes ídolos en el plantel. El más destacado era Fernando Cavenaghi, pero venía de una lesión importante y había que recuperarlo. Gallardo nunca tuvo predilección por los ídolos y a Cavenaghi le costó bastante afianzarse en el primer equipo, porque Teo Gutierrez y Mora eran los titulares. Luego de ganar la Libertadores y con el Mundial de Clubes por delante, “el torito” decidió emigrar a Chipre.
Llegaron Aimar y Saviola, los dos con mucha cautela desde lo físico y futbolístico, ninguno de los ellos pudo recuperarse del todo y tuvieron que irse por la puerta de atrás luego de “evaluar” con el técnico sus posibilidades futuras. No hay dudas que para la hinchada el gran ídolo es el muñeco y que el técnico se siente muy cómodo en ese lugar. Los hechos muestran un cierto destrato a las figuras históricas, desde ese análisis podemos decir que las decisiones del cuerpo técnico y los títulos obtenidos han ayudado a mantener su idolatría muy vigente.

Incorporaciones, la cuenta pendiente.

En el período de Gallardo, han llegado varios jugadores, pero podríamos decir que le fue mejor con lo que ya tenía en el plantel, que con lo que fue llegando. A los ya mencionados Saviola y Aimar, podemos agregar algunos que fueron pedidos por el entrenador y que en líneas generales no han rendido como se esperaba: Nicolás Bertolo, Tabaré Viudez, Milton Casco, Camilo Mayada, “Pity” Martinez y Lucho Gonzalez.
De los que arribaron al club, el que más rindió fue Lucas Alario, que supo aparecer en los momentos más importantes del 2015. Por todo esto decimos que ha sido la cuenta pendiente de Marcelo Gallardo el tema de los refuerzos, muchos de ellos siguen en el club y seguramente tendrán más oportunidades, pero por lo pronto y con cierto tiempo de análisis, se puede decir que ni el entrenador ni la dirigencia han acertado en la política de refuerzos.

Una decisión: arriesgar en partidos importantes

Si de algo se caracterizó el ciclo de Gallardo ha sido en la postura de arriesgar en los partidos importantes. Esa decisión lo ha llevado a superar encuentros que desde la previa parecían difíciles o clásicos de copa en los que podía pasar cualquier cosa.Planteó un esquema agresivo y al borde del reglamento desde lo físico y futbolístico y le salió bien.
Pero esa intención también lo llevó a confundirse y exponerse demasiado en varios partidos definitorios. La semifinal de la Copa Sudamericana de visitante contra Huracansalió a jugar con línea de tres defensores y no funcionó, aunque después se utilizara la excusa de que los jugadores estaban pensando en el Mundial de clubes, se puede decir que fue una estrategia equivocada.
Además podemos destacar la final del Mundial de Clubes contra el Barcelona en donde, si bien los primeros 25 minutos logró anular el juego del club español, en el segundo tiempo salió a buscar el empate muy decididamente y quedó expuesto en defensa con un equipo tan peligroso. Más allá de que estamos hablando del mejor del mundo, no podemos dejar de decir que los jugadores se desmoronaron desde lo táctico, físico y mental en el segundo tiempo, se vio un equipo muy golpeado, que perdió 3 a 0 y que pudo haber pasado un papelón.

En conclusión podemos decir que el actual entrenador de River Marcelo Gallardo, ha tenido sus aciertos y sus errores, como cualquier entrenador. Pero a diferencia de muchos otros logró ganar la Copa Libertadores que era un gran anhelo del hincha de River, luego de 17 años de no ganarla. Además forma parte de una era de entrenadores jóvenes que han venido a renovar al vetusto fútbol argentino, el fútbol del falso folclore y los supuestos códigos.
A falta de grandes ídolos en el equipo, en gran medida porque los que llegaron no estaban bien físicamente o por no congeniar con el entrenador, Gallardo se ha transformado en el líder y referente del club y en un entrenador de renombre internacional, que ha logrado en base a sus triunfos importantes y a una fuerte construcción mediática, que cuando el equipo gane se hable de sus brillantes planteos y cuando pierde se recaiga en el bajo rendimiento de sus jugadores.

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