martes, 12 de enero de 2016

El pibe de oro


EL PIBE DE ORO
La noticia es que Messi ganó el quinto balón de oro de su carrera, pero: ¿Qué hay detrás de eso? ¿Por qué Messi gana todo lo que se le presenta y es reconocido de todas partes del mundo? ¿Por qué aún muchas personas en Argentina, lo discuten? No creo poder responder todas esas preguntas pero aunque sea intentaré hacer un breve análisis y expresar mis inquietudes al respecto.
Messi es el mejor jugador del mundo hace muchos años, pero no nació en una villa, no se crió en un potrero ni vivió su infancia en un ambiente hostil. Nació en Rosario, creció en una familia de clase media, vivió y se formó como persona y futbolista en España. Podríamos decir que no cumple con las condiciones tradicionales que se necesitan para ser un “héroe nacional”.
Sostengo que es dificil de comprender que Messi sea uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, a mi también me costó entenderlo, porque somos prejuiciosos y estigmatizamos rapidamente a las personas. El fútbol Argentino no es más que un reflejo de lo que somos como sociedad: fanatismo extremo de los hinchas y toda una maquinaria organizada para alimentar el negocio de este deporte (jugadores, dirigentes, periodistas, etc). Dentro de ese contexto desalentador, todavía hay personas que creen en el fútbol como un juego hermoso y en “jugar a la pelota” como una salida, Lionel Messi es uno de ellos.
Sobrevuela el siguiente pensamiento, al cual yo adherí durante mucho tiempo: “Hasta que no gane un mundial no lo vamos a terminar de querer ni valorar, porque todo lo que hace no sirve de nada si no gana una Copa del Mundo” . Es cierto que siendo el mejor del mundo tantos años, con la selección no pudo ganar un Mundial y eso llama la atención, pero el fútbol no es tan simple como parece, los jugadores que lo acompañan son distintos, los rivales también y nosotros, los hinchas, no ayudamos ni un poco para que se pueda ganar algo.
Personalmente miro fútbol desde que tengo uso de razón y soy un fanático importante de este deporte. Como toda persona que consume fútbol, me encuentro atravesado por los programas de deportes y comentarios de café habidos y por haber. Como mencioné en párrafos anteriores, hasta hace muy poco pensaba como muchos de ellos, creía que todo lo que Messi lograba no valía la pena si no ganaba un Mundial, no entendía porque en el Barcelona rompía records de todo tipo y en la selección no lograba rendir de la misma forma. Pensaba que en los partidos importantes con Argentina se “achicaba”, que no corría lo suficiente y que no tenía lo que hay que tener para ser un gran jugador.
Sin embargo, hubo un momento en el que me di cuenta que estábamos hablando de un jugador único y que para poder entenderlo había que sacarse todo tipo de prejuicios futboleros y exitistas que, a mi entender, nos hicieron estar confundidos durante mucho tiempo, hicieron que no podamos crecer y en cierta forma provocaron la ausencia de títulos en mundiales a nivel selección por tantos años.
Ese momento del que hablo fue en la semifinal de ida de la Liga de Campeones 2015, Barcelona se enfrentaba al Bayer Munich de Pep Guardiola, nada mas y nada menos que el DT que lo puso a Messi en lo mas alto del mundo. Cualquiera hubiera creído que Pep sabía como marcarlo y que iba a ser un partido dificil para Lionel, pero no solo fue la figura del mismo, sino que hizo un gol tremendo dejando en ridículo al defensor Boateng. En ese instante supe que no iba a esperar a que gane un mundial para quererlo y apreciar lo que es, ahí entendí la grandeza de Messi.
Claramente toda esta explicación viene a colación porque considero que para poder querer y valorar a Messi tenemos que hacer un esfuerzo extra como sociedad, no es el estereotipo de ídolo que nos contaron, no metió un gol con la mano, ni hizo trampa para ganar un partido, no viene de la pobreza ni es carismático en las declaraciones con los medios de comunicación, no tiene grandes vicios, ni sale a gritarle al mundo que es el mejor.
Messi es tan grande que nos exige un esfuerzo superior: el de replantearnos la sociedad que tenemos y la que queremos, los valores que pregonamos, cómo influyen esas cuestiones en nuestra convivencia diaria y en la elección de ídolos futboleros. Lionel llegó al mundo para romper con lo establecido, para mostrarnos lo que hacemos mal y no nos estamos dando cuenta, por eso considero que poder entenderlo nos llevará a ser una sociedad mucho más madura.

viernes, 8 de enero de 2016

Gallardo: el héroe del hincha de River

En épocas en las que se habla mucho de los logros de Marcelo Gallardo en River, se escriben biografías y se lo nombra en rankings internacionales como uno de los mejores técnicos del mundo, me encuentro en la obligación de destacar que además de los grandes méritos que tiene como entrenador, también existieron falencias que no han salido a la luz por el éxito deportivo, pero que no dejan de ser un síntoma del presente de River.
Entiendo que nada es tan perfecto o tan horrible como lo puede ver un hincha, pero dentro de todos los logros de Gallardo como entrenador (considero que es uno de los mejores entrenadores de la Argentina) y teniendo en cuenta que, en mi opinión, se lo idolatra en demasía, me gustaría destacar los aciertos y desaciertos del “muñeco” en su período en River.
En un club que venía de ascender y ganar un torneo local con Ramón Díaz, en un equipo desgastado anímicamente luego del descenso, y que había tocado fondo (más bajo de eso no se podía caer), Gallardo supo imponerse desde el principio con mucha personalidad, decisión y espalda. Después lo que todos sabemos: le dio la titularidad a Funes Mori, bancó a KranevitterCarlos Sanchez y Mora. Todos jugadores que con Ramón no habían tenido lugar. Casualmente la mayoría de ellos han logrado emigrar al exterior luego de ganar cosas importantes con la Institución.
Gallardo supo convencer a los jugadores  con su idea táctica de presión alta al rival y armó un River ganador desde lo mental hasta lo futbolístico, supo lidiar con lesiones y escasez de recambio. No le tembló el pulso a la hora de sacar a jugadores de trayectoria porque no estaban rindiendo, así fueron los casos de Ponzio, Pisculichi, Cavenaghi.Tampoco le tembló el pulso cuando puso suplentes contra Racing por el torneo local, y dejó escapar el mismo, en pos de priorizar la Copa Sudamericana. Además entendió lo que se necesitaba en cada momento de la Copa Libertadores 2015, cuando se quedó sin recursos, lo ubicó a Ponzio en un doble cinco y negoció su estilo para ganar la copa.

Para la hinchada, el gran ídolo…

El cuerpo técnico no contaba con grandes ídolos en el plantel. El más destacado era Fernando Cavenaghi, pero venía de una lesión importante y había que recuperarlo. Gallardo nunca tuvo predilección por los ídolos y a Cavenaghi le costó bastante afianzarse en el primer equipo, porque Teo Gutierrez y Mora eran los titulares. Luego de ganar la Libertadores y con el Mundial de Clubes por delante, “el torito” decidió emigrar a Chipre.
Llegaron Aimar y Saviola, los dos con mucha cautela desde lo físico y futbolístico, ninguno de los ellos pudo recuperarse del todo y tuvieron que irse por la puerta de atrás luego de “evaluar” con el técnico sus posibilidades futuras. No hay dudas que para la hinchada el gran ídolo es el muñeco y que el técnico se siente muy cómodo en ese lugar. Los hechos muestran un cierto destrato a las figuras históricas, desde ese análisis podemos decir que las decisiones del cuerpo técnico y los títulos obtenidos han ayudado a mantener su idolatría muy vigente.

Incorporaciones, la cuenta pendiente.

En el período de Gallardo, han llegado varios jugadores, pero podríamos decir que le fue mejor con lo que ya tenía en el plantel, que con lo que fue llegando. A los ya mencionados Saviola y Aimar, podemos agregar algunos que fueron pedidos por el entrenador y que en líneas generales no han rendido como se esperaba: Nicolás Bertolo, Tabaré Viudez, Milton Casco, Camilo Mayada, “Pity” Martinez y Lucho Gonzalez.
De los que arribaron al club, el que más rindió fue Lucas Alario, que supo aparecer en los momentos más importantes del 2015. Por todo esto decimos que ha sido la cuenta pendiente de Marcelo Gallardo el tema de los refuerzos, muchos de ellos siguen en el club y seguramente tendrán más oportunidades, pero por lo pronto y con cierto tiempo de análisis, se puede decir que ni el entrenador ni la dirigencia han acertado en la política de refuerzos.

Una decisión: arriesgar en partidos importantes

Si de algo se caracterizó el ciclo de Gallardo ha sido en la postura de arriesgar en los partidos importantes. Esa decisión lo ha llevado a superar encuentros que desde la previa parecían difíciles o clásicos de copa en los que podía pasar cualquier cosa.Planteó un esquema agresivo y al borde del reglamento desde lo físico y futbolístico y le salió bien.
Pero esa intención también lo llevó a confundirse y exponerse demasiado en varios partidos definitorios. La semifinal de la Copa Sudamericana de visitante contra Huracansalió a jugar con línea de tres defensores y no funcionó, aunque después se utilizara la excusa de que los jugadores estaban pensando en el Mundial de clubes, se puede decir que fue una estrategia equivocada.
Además podemos destacar la final del Mundial de Clubes contra el Barcelona en donde, si bien los primeros 25 minutos logró anular el juego del club español, en el segundo tiempo salió a buscar el empate muy decididamente y quedó expuesto en defensa con un equipo tan peligroso. Más allá de que estamos hablando del mejor del mundo, no podemos dejar de decir que los jugadores se desmoronaron desde lo táctico, físico y mental en el segundo tiempo, se vio un equipo muy golpeado, que perdió 3 a 0 y que pudo haber pasado un papelón.

En conclusión podemos decir que el actual entrenador de River Marcelo Gallardo, ha tenido sus aciertos y sus errores, como cualquier entrenador. Pero a diferencia de muchos otros logró ganar la Copa Libertadores que era un gran anhelo del hincha de River, luego de 17 años de no ganarla. Además forma parte de una era de entrenadores jóvenes que han venido a renovar al vetusto fútbol argentino, el fútbol del falso folclore y los supuestos códigos.
A falta de grandes ídolos en el equipo, en gran medida porque los que llegaron no estaban bien físicamente o por no congeniar con el entrenador, Gallardo se ha transformado en el líder y referente del club y en un entrenador de renombre internacional, que ha logrado en base a sus triunfos importantes y a una fuerte construcción mediática, que cuando el equipo gane se hable de sus brillantes planteos y cuando pierde se recaiga en el bajo rendimiento de sus jugadores.